Es imposible leer un fallo tributario de nuestro país sin preguntarse si ese fue uno de los casos que enriquecieron a Moncada o si Benavides hizo un depósito luego de firmarlo.

También es imposible dejar de pensar en que si el contribuyente hubiera "aflojado" algo en la DGi, quizá el caso nunca hubiera llegado a Sala Tercera.

Este periódico cree que la confesión de Moncada, los 5.8 Millones cobrados por Cucalón y el plazo fijo de 400 Mil de Benavides son los culpables inmediatos de esta sensación.

Más allá de esas causas inmediatas subyace la realidad de que Moncada Luna presentaba rentas inventadas, Benavides no las presenta desde 2006 y Cucalón usaba sociedades de sus hijos para cobrarle 5.8 Millones a Salerno.

¿Cómo pueden, sujetos así, realizar alcances y fallar casos sobre los impuestos que no declaran y no pagan?

¿No deben estar ellos, en un standar más alto? Este periódico cree que sí. Creemos que estas personas deben declarar sus rentas y publicarlas en forma anual.

¿Qué sorpresa nos deparan las rentas declaradas (o no declaradas) del otro magistrado de Sala Tercera o de los Magistrados que han pasado por el TAT?

La línea editorial de este periódico está a favor de saber cuánto declaran estas autoridades, cuánto es su patrimonio y si el mismo ha aumentado por las mismas razones que tienen a Moncada en el Renacer, a Cucalón en la DIJ y a Benavides enjuiciado.

Esperamos que algún día, no muy lejano, sepamos cuál es la declaración de rentas del Director de Ingresos, de los magistrados del TAT y de quien sea que se siente en Sala Tercera.

(Lea editorial anterior).